La voz de la conciencia argentina.

      Además del Realismo mágico existen otros géneros importantes o imprescindibles, uno de los que tuvimos oportunidad de conocer fue el existencialismo y uno de sus representaste más reconocidos es el escritor Ernesto Sábato, él nació en Buenos Aires, Argentina, específicamente, en la ciudad de Rojas en 1911. A partir de su adolescencia estableció estudios tanto para la cátedra de ciencias físicas, así como también matemática y sería durante esta época que el desarrollaría una afinidad o vinculo hacia el movimiento comunista siendo elegido Secretario General de la Juventud Comunista Argentina en 1933. Sin embargo, para el año 1934 abandona esta ideología debido a una crisis existencial causada, mayormente, por los actos cometidos por Stalin y el estalinismo, por lo cual decide huir a París sin ningún tipo de documentación. Para este tiempo él lograría tener contacto con un grupo de surrealistas que lo llevaría a no tan solo regresar, nuevamente, a su país sino también a inclinarse, lentamente, hacia una postura mucho más crítica y profunda respecto a la realidad del ser humano, así como también la exploración y descubrimiento de las zonas más oscuras de la conciencia humana.



    Y es gracias a esta línea de pensamiento y como se encontraban sus obras directamente referidas a exponer las situaciones político-sociales que atravesaban o padecían a Latinoamérica lo que le brindo un puesto en el Boom Latinoamericano, esto se puede vislumbrar cuando, en 1974, publicó “Abaddón el Exterminador” que en dicha obra entre otros aspectos abordo la historia argentina, centrándose en temas como la desaparición forzada y las torturas ejercidas por los militares. Entonces debido a esto considero que sus libros, en el resto del mundo, ganaron popularidad que antes no tenía, por la censura generada, debido a su buena escritura, así como también de la exposición que brindó hacia los problemas trascendentales o existenciales que se fueron empalmando con el realismo latino que se estaba pregonando.






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